El Patronato para la Construcción de la ROTONDA de los Hombres Ilustres de Xochimilco, que preside el Profr. José Félix González y Sandoval, rindió homenaje civico al distinguido pintor Francisco Goitia García el día 26 de marzo a las 13:30 hrs. en el jardín Fernando Celada, frente al busto que ahí esta ubicado. Por considerar de importancia el discurso que pronunció el Profr. Rodolfo Cordero López, se publica el discurso: El pintor Francisco Goitia García, es uno de los grandes artistas de la plástica en México, con estudios y reconocimientos en el extranjero, nació en Patillos, Zacatecas, el 4 de octubre de 1892. Después de una infancia con incomodidades hizo sus estudios en la Academia de Bellas Artes, en la Ciudad de México, en la antigua Academia de San Carlos, terminando sus estudios completos de pintura, hacia 1904, de Veracruz viajó en barco a tierras catalanas para pintar y continuar sus estudios. Allí conoció a Francisco Galli, uno de los pintores más destacados de España y a quien Goitia recordó al recibir el premio de la Primera Bienal Interamericana de Pintura y Grabado, el 30 de septiembre de 1958, afirmando que, Gali fue el primer inspirador de su obra, determinando sus concepciones. Goitia expresó su obra pictórica, mediante la observación y la experimentación minuciosa, los valores espirituales y morales para alcanzar a través de ellos una armonía sensible, de tal manera que esa interacción social lo condujo a convivir con el pueblo humilde y campesino, captando sus rasgos físicos, indígenas, descubriendo sus cualidades espirituales que llevó al lienzo, al caballete, en dibujos, con óleos, cuadros de los que su obra cumbre fue "Tata Jesucristo”.De la biografía de Francisco Goitia García, la Universidad Nacional Autónoma de México le publicó tres libros. La Semblanza de Goitia que escribió el Profr. David Gutiérrez Peña, obra inédita. Encontramos la imagen visionaria de este artista, soñador con un Xochimilco pictórico de bellezas en sus proyectos, uno de los cuales fijaba su meta en la transformación de Xochimilco en una zona cultural y turística de primera categoría, en el tiempo en el que Xochimilco presentaba un horizonte azul luminoso, verde por el follaje de sus ahuejotes y de sus legumbres y hortalizas en las chinampas; una perspectiva chinampera lacustre de canales entrelazados en un trazo arquitectónico astral y ritual en sus espejos de agua, dentro de una atmósfera transparente, oxigenada, y una ciudad llena de templos desbordantes de tradiciones, de costumbres, de mitos y leyendas, y sobre todo, de una población chinampera entregada al cultivo de la tierra, su tierra proverbial, típica y singular. En este hecho de recuerdos, Gutiérrez Peña nos dice que, en un determinado momento, ante las autoridades y a su turno, el maestro Goitia colocó sus figuras, sacó el boceto hecho en papel, iniciando su explicación, expuso las particularidades de la región xochimilca, hizo reminiscencia con lo que había visto en Versalles, Francia, y en Italia, colocando detalles propios del paisaje, su teatro al aire libre, su centro deportivo; y con la disposición adecuada, en Xochimilco ayudaba a enlazar sus trazos con los embarcaderos de canoas y los canales turísticos del rumbo: San Cristóbal, Ayahualtenco, con su canal hasta Nativitas. Hacia el norte conectando los clubes de remo de extranjeros y el club mexicano de remo, con sus vías de comunicación, al noroeste y poniente, hasta La Noria, todo un conjunto orgánico, sugiriendo que se reconsiderara sobre las llamadas casas tipo estilo Michoacán, de la que queda una junto a Sanborns. Y de la parroquia que más interés produjo por su espacioso atrio, complementando su visión con la restauración del eje turístico con la ubicación de las capillas de Xaltocan, Santa Crucita y el Rosario, citando sus estilos que según expuso, le darían prestigio señorial al relieve lacustre de su primitiva ubicación". El maestro Goitia quedó invitado a otras reuniones, pero sus proyectos jamás encontraron el apoyo que pretendía.Don David Gutiérrez Peña, nativo del barrio San Marcos Tlaltepetlalpan, en su escrito hace memoria del encuentro que hizo en Xochimilco de tres grandes de la pintura, Gerardo Murillo, con el sobrenombre de Dr. Atl, Rafael Vara de Córdoba y Diego Rivera, quienes para integrarse a la población chinampera por un momento dejaron su vestimenta cambiándola por el calzón y la camisa de manta, salvo Diego Rivera y Goitia que usaron la ropa de mezclilla. De la obra plástica de don Francisco Goitia, el xochimilca Jesús Sotelo Inclán, funcionario del Instituto Nacional de Bellas Artes, reunió la colección que el maestro Goitia entregó a esa institución por la pensión que recibió durante algunos años; pero a su muerte el 26 de marzo de 1960, fecha que hoy conmemoramos, el gobierno del estado de Zacatecas expuso en Fresnillo, en un casco arquitectónico conventual, en vuelto en el silencio y con el acorde de los coros que los religiosos entonaban en una de nuestras vistas hace ya bastantes años, parte de esa obra, labrando en el cerro de la Bufa el nicho para la colocación de sus cenizas que trataron de llevar a su estado natal, sitio que tuvimos la oportunidad de conocer en ese cerro de cantera de color rosa como la que cubre con baldosas las calles de ese hermosa capital de estado de Zacatecas. El pintor Francisco Goitia García, hijo predilecto de Xochimilco, soñó con un museo que llevara su nombre, donde se expusiera su obra, esa obra sensible, espiritual, que expresa el alma del habitante nativo, del ser humano común de cualquier mosaico cultural de los que integran a la nación mexicana; personajes, varones o mujeres de expresión mística, que el maestro supo llevar al caballete para subir a la cumbre del arte, donde llegan los grandes de la plástica en México.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario