EDITORIAL

Los mexicanos hemos desarrollado una instintiva desconfianza ante los discursos o promesas del gobierno. Años de frustración, de desencanto y de engaño nos han llevado a pensar sistemáticamente que todas las sonrisas, abrazos, el beso (que hoy se estila) mensaje en los medios esconde una intención oculta, de la que se espera obtener una ventaja.

En la campaña presidencial de Felipe Calderón Hinojosa, él aseguraba que los mexicanos mejorarían su nivel de vida con programas asistenciales y con recursos amplios para apoyar el campo que además alejaran de su mente el aumento general de precios en los artículos de consumo básico.

Sin embargo a los pocos meses se presentaba el aumento a la gasolina y como consecuencia de ello el aumento a los artículos que forman parte de canasta básica de la alimentación del mexicano.

La globalización de la economía mundial vino a contribuir a que la pobreza en México se acentuara , no obstante contar con la ayuda de los programas sociales, federales y locales.

Los artículos de primera necesidad: arroz, fríjol, maíz, aceite, leche, pan, tortillas y huevo, se han incrementado en sus precios.

El abandono del campo es mayor a medida que pasa el tiempo, porque la actividad agrícola ya es rentable por la falta de incentivos que el gobierno debería de proporcionar y el desempleo en las grandes ciudades va en aumento.

La crisis educativa es más profunda por carecer de planes y programas y sus objetivos son indefinidos.

Hoy se nos presenta un México diferente al que poéticamente nos enseñaron…
México creo en ti.