sábado, 30 de agosto de 2008

iPhone 3G: ha nacido una nueva generación de teléfonos celulares

iPhone 3G: ha nacido una nueva generación de teléfonos celulares
El 11 de julio hubo un gran revuelo entre los aficionados a la electrónica de consumo en todo el mundo: esa fecha fue la escogida por la empresa Apple para realizar el lanzamiento mundial de su nuevo celular, el iPhone 3G. La expectación fue fenomenal y en ciudades tan variadas como Los Angeles y Tokio se formaron largas colas en las tiendas de Apple varios días antes de que se iniciara la venta. Incluso se hizo público el nombre de la primera persona en el mundo en comprar dicho aparato: Jonny Gladwell, que pasó 55 horas a la intemperie en pleno invierno austral en Auckland, Nueva Zelanda, el país más cercano a la línea internacional del tiempo, para conseguir no solo su teléfono sino sus cinco minutos de gloria. ¿Por qué tanto esfuerzo?
En primer lugar, porque el iPhone es un producto de Apple, y esta empresa mantiene una relación muy especial con sus clientes, de hecho más que clientes son “fans” que ante el lanzamiento de un nuevo producto se comportan como adolescentes cuando su grupo de música favorito visita su ciudad. Es difícil explicar el porqué de este fenómeno, pero mucho tiene que ver la personalidad del presidente de Apple, Steve Jobs. Se trata de un empresario perfeccionista y narcisista que inspira a sus ingenieros a crear dispositivos donde se aúna la excelencia tecnológica con un diseño muy atractivo y pensado hasta el último detalle. El resultado son productos cuyo manejo resulta cómodo, intuitivo, eficaz y además totalmente novedoso. Se dice que una vez se prueba un producto de Apple es imposible volver atrás. Pero hay más todavía. Comprar un producto de Apple cambia a la persona. Hasta hace unos años esto se explicaba en términos de exclusividad: sus computadoras son más caras que las PCs normales y solo uno de cada 30 ordenadores vendidos es Apple. Pero desde que Apple lanzó su línea de reproductores digitales de música iPod en noviembre del 2001, se han vendido más 100 millones de unidades, así que difícilmente se mantiene ese sentimiento de pertenencia a una minoría. No obstante, la fidelidad a la marca perdura.
En segundo lugar, el iPhone ha despertado pasiones desde que Steve Jobs presentó la primera versión en enero del 2007. Los que tuvimos la oportunidad de seguir el evento por Internet no podíamos creer lo que veíamos. El iPhone resultó ser un aparato nunca visto, muy diferente a un teléfono celular. El primer iPhone es un rectángulo de 11.5 x 6.2 cm de acero y cristal, no dispone de botones, su pantalla es enorme y en ella se puede hacer lo mismo que en una computadora: navegar por Internet, escribir correo electrónico, ver fotografías, escuchar música, saber su ubicación exacta mediante GPS y disponer de todos los mapas de carreteras del mundo, pero además se pueden hacer fotos ¡y hasta llamadas de teléfono! La manera de utilizar el dispositivo es totalmente intuitiva: responde perfectamente al tacto, se pueden hasta “empujar” las imágenes para sacarlas de la pantalla, e incluso usar dos dedos para hacer una ventana más grande o más pequeña. El efecto al ver cómo funciona es el del amor a primera vista: quieres tener uno ¡ya! Tal fue la acogida que tuvo el teléfono, que hasta el precio de la acción de Apple se disparó esa semana debido a la enorme previsión de ventas del iPhone.
Pero el único problema del teléfono en la práctica resultó ser la lentitud de acceso a Internet. Desde el mismo día que se puso a la venta en verano del 2007, se comenzó a especular con la existencia de una nueva versión que pudiera utilizar las redes móviles de alta velocidad, conocidas como “3G”. Y fue apenas hace unos meses que se confirmó su existencia y se anunció la fecha de lanzamiento de dicha nueva versión. Hay países como México y España donde además, el iPhone 3G es el primero que se pone a la venta. Esto significa que los fans de Apple en ambos países llevan ya un año y medio esperando su nuevo “juguetito”. No nos extrañe pues la enorme expectación ante su lanzamiento.
Apple no solo está cambiando el negocio de la telefonía móvil con su novedoso celular de altas prestaciones. Su modo de introducirse en el mercado ha sido además el menos esperado: mediante contratos de exclusividad con un operador de telefonía móvil en cada país. Esto significa que en México usted solamente podrá comprarse un iPhone 3G en una tienda Telcel y con un chip de Telcel. Es lo nunca visto: normalmente los fabricantes de teléfonos como Nokia o Motorola solamente se preocupan de vender el máximo número de unidades, y les da igual si el usuario paga las llamadas a Telcel, Nextel o Movistar, o si esto se hace mediante contrato o con tarjeta de prepago. No se acaba de entender por qué Apple ha escogido la exclusividad. Los aficionados a la psicología dicen que se trata de una proyección del espíritu controlador de Steve Jobs, que según esta teoría está intentando que la experiencia iPhone sea perfecta, y siendo el iPhone un teléfono, se entiende que se requiere una muy buena cobertura para que funcione del todo bien. Otros analistas aseguran que en realidad se trata de otra faceta de la genialidad del señor Jobs: la comercial. Las empresas de telefonía que han cerrado un acuerdo con Apple pagaron enormes cantidades de dinero a la empresa de la manzana por dicha exclusividad y que esto ha resultado ser una inyección de liquidez muy bien recibida en Apple, que no ha necesitado que se venda ni un solo teléfono antes de que se rentabilice totalmente el esfuerzo en investigación y desarrollo de su teléfono. Sea como fuere, la gran apuesta de Apple ahora es conseguir que los enamorados de su iPhone 3G desembolsen los 1,799 pesos que cuesta su modelo de 16 Gb (IVA incluido) y acepten firmar un contrato con un coste mensual de entre 459 pesos, que incluye 200 minutos de llamadas y 100 Mb de datos para navegación por Internet, y 1399 pesos, que permite 600 minutos de llamadas y toda la navegación por Internet que se quiera. En un mundo capitalista que solo tolera el crecimiento, si las ventas del iPhone no se acercan a las del iPod, la empresa de la manzana tendrá que pelear duro por su continuidad.
Si me preguntan, ¿vale la pena comprarlo? La respuesta es un rotundo “depende”. Si usted necesita acceder a Internet constantemente, le gustaría llevar un GPS encima para saber dónde está y disponer de mapas que le indiquen el camino, suele utilizar un reproductor de música digital, y además le gusta tomar fotografías en los momentos más inesperados, entonces, si el coste no es un problema, probablemente será el objeto más útil que se compre este año. Si, por el contrario, usted es una persona que solamente usa el celular para hablar por teléfono y enviar mensajes de texto (SMS), le recomiendo que siga utilizando su celular de siempre. Si lo tiene que cambiar, escoja uno de los teléfonos de gama baja o media de marcas tan establecidas en México como Nokia o Motorola. En estas gamas, lo que se está mejorando es la autonomía (duración de la batería), por lo que difícilmente se le apagará el celular a media conversación. Además, con un teléfono de apariencia sencilla y de bajo coste no se tendrá que preocupar ni de que se lo roben, ni de perderlo, aparte de que le resultará mucho más fácil su manejo que el de dispositivos más sofisticados.
Eva Sánchez Guerrero

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