EDITORIAL

En el presente mes de octubre y para ser más precisos, el día 2, el periódico “El Azotador”, celebrará su “IV ANIVERSARIO” de haber aparecido como un medio de comunicación local en Xochimilco, cumpliendo con la función de orientar, informar, educar y entretener.
Subsistir en una entidad como el D. F. que es sede del centralismo político y económico no es tarea fácil, porque los periódicos nacionales disponen de recursos que les genera la publicidad por la disposición de recursos humanos, técnicos y económicos, el tipo de información, el tamaño de las empresas editoras, el número de páginas y el tipo de anunciantes y la cobertura de las oficinas generadoras de la información - “las fuentes” -, además de las principales agencias de noticias y de publicidad y de las estaciones de radio y televisión que son las que manejan la imagen y la noticia a su conveniencia que generan grandes ganancias económicas y políticas. Y en caso contrario recurren a la calumnia, a la difamación para el fácil chantaje.
Las empresas que forman la gran prensa, establecidas jurídicamente como sociedades anónimas o cooperativas como Excelsior o la Prensa, son manejadas con criterio político y comercial, que imponen personas o grupos reducidos y sus propietarios reales a menudo no son conocidos, como tampoco el tiraje y la circulación efectiva no son creíbles pero gozan de privilegios concedidos por el Estado.
Entonces queda claro que solo la prensa alternativa aún cuando sea producida industrialmente es ajena al comercialismo, por lo que su distribución es modesta y local y en consecuencia se puede considerar como una prensa marginada, porque muchas de las veces desenmascara acciones que atentan en contra de los intereses del pueblo.