Los desastres naturales ocurridos en los últimos días en nuestro país en los estados de Tabasco y Chiapas se vieron complementados con otras desgracias que se presentaron en otras entidades de la República como en Campeche donde la falta de previsión ocasionó que las plataformas petroleras chocaran, obligando a los trabajadores que allí se encontraban a tomar las medidas de salvamento que a juicio de ellos o por recomendación de la dirección de Petróleos Mexicanos era la más recomendable, pero que resultó fatal para muchos que naufragaron en las aguas del Golfo de México.
Veracruz que sufrió el derrame de petróleo en sus costas por la negligencia de los funcionarios de la Dirección de Petróleos Mexicanos, de la que es titular Jesús Reyes Heroles; un hecho que vino a complicar la vida económica y social de los habitantes dedicados a la actividad pesquera de la zona donde hubo el derrame petrolero.
Tal vez estos parecieran hechos aislados que no afectan la vida económica y política del país. ¡Esto no es así!
El pueblo de México es cierto, es solidario con sus hermanos en desgracia y que hasta ahora los partidos y la clase política han observado una conducta prudente, sensata, sin que les falte la intención de “llevar agua a su molino”; muchos son los juicios y opiniones que se vierten respecto a la problemática que se vive en esos estados y particularmente por las familias que han perdido todo o casi todo de lo que era su patrimonio familiar.
El tiempo que dure esta lamentable situación que viven los hermanos en desgracia traerá como consecuencia un estado de desesperanza, de desilusión de frustración ya que a muchos por diferentes factores no les llegará oportunamente la ayuda solidaria y mucho menos de que sea equitativa.
La conducta política de los afectados, en lo posterior tal vez sea distinta, un comportamiento social que quizás nadie pueda prever, un pueblo que paga directamente las deficiencias de un sistema político en donde la clase dominante se enriquece rápidamente a costa de las necesidades humanas.
Los pueblos que hoy sufrieron los embates del tiempo tardarán mucho para ser los mismos y el resto de los ciudadanos del país se constituirán en jueces para analizar la efectividad del Estado Mexicano.
Mientras tanto hoy están atentos en las estrategias que aplican los que detentan el poder económico y político para conservar sus privilegios. La ideología ha dejado de existir para suplirla por intereses individuales, familiares o de grupo.
Veracruz que sufrió el derrame de petróleo en sus costas por la negligencia de los funcionarios de la Dirección de Petróleos Mexicanos, de la que es titular Jesús Reyes Heroles; un hecho que vino a complicar la vida económica y social de los habitantes dedicados a la actividad pesquera de la zona donde hubo el derrame petrolero.
Tal vez estos parecieran hechos aislados que no afectan la vida económica y política del país. ¡Esto no es así!
El pueblo de México es cierto, es solidario con sus hermanos en desgracia y que hasta ahora los partidos y la clase política han observado una conducta prudente, sensata, sin que les falte la intención de “llevar agua a su molino”; muchos son los juicios y opiniones que se vierten respecto a la problemática que se vive en esos estados y particularmente por las familias que han perdido todo o casi todo de lo que era su patrimonio familiar.
El tiempo que dure esta lamentable situación que viven los hermanos en desgracia traerá como consecuencia un estado de desesperanza, de desilusión de frustración ya que a muchos por diferentes factores no les llegará oportunamente la ayuda solidaria y mucho menos de que sea equitativa.
La conducta política de los afectados, en lo posterior tal vez sea distinta, un comportamiento social que quizás nadie pueda prever, un pueblo que paga directamente las deficiencias de un sistema político en donde la clase dominante se enriquece rápidamente a costa de las necesidades humanas.
Los pueblos que hoy sufrieron los embates del tiempo tardarán mucho para ser los mismos y el resto de los ciudadanos del país se constituirán en jueces para analizar la efectividad del Estado Mexicano.
Mientras tanto hoy están atentos en las estrategias que aplican los que detentan el poder económico y político para conservar sus privilegios. La ideología ha dejado de existir para suplirla por intereses individuales, familiares o de grupo.
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