Teléfonos de México, mejor conocido como Telmex, es un monopolio establecido en México desde 1947 cuando el entonces presidente Miguel alemán fusionó a la empresa Ericsson en México y la internacional Telephone and Telegraps Company, convirtiéndose en el único proveedor de servicios telefónicos del país.
El presidente de México, Carlos Salinas de Gortari inició el proceso de privatización, Carlos Slim con el consorcio, France Telecom y SBC Communication, se apoderó del 53% y comprando acciones de la bolsa con empresas fantasma dejó al fundador con el 31% de las acciones. Telmex después de la privatización comenzó un plan de inversión en nueva tecnología, fibra óptica y cobertura total del país.
Esto ha permitido a Telmex, tener al principal accionista como el hombre más rico del mundo, quien hace y deshace a su entera voluntad el servicio telefónico de millones de usuario en México, que es el más deficiente y caro del mundo, casetas telefónicas sin servicio, tarjetas nuevas y recién compradas sin crédito, oficinas telefónicas con pocos y apresurados empleados que son explotados al máximo, que originan grandes filas, aparatos telefónicos descompuestos y sin línea que tienen que seguirse pagando puntualmente o es cortado su servicio definitivamente, reparaciones tardías y deficientes que pueden apresurarse con dadivas o presión.
El presidente de México, Carlos Salinas de Gortari inició el proceso de privatización, Carlos Slim con el consorcio, France Telecom y SBC Communication, se apoderó del 53% y comprando acciones de la bolsa con empresas fantasma dejó al fundador con el 31% de las acciones. Telmex después de la privatización comenzó un plan de inversión en nueva tecnología, fibra óptica y cobertura total del país.
Esto ha permitido a Telmex, tener al principal accionista como el hombre más rico del mundo, quien hace y deshace a su entera voluntad el servicio telefónico de millones de usuario en México, que es el más deficiente y caro del mundo, casetas telefónicas sin servicio, tarjetas nuevas y recién compradas sin crédito, oficinas telefónicas con pocos y apresurados empleados que son explotados al máximo, que originan grandes filas, aparatos telefónicos descompuestos y sin línea que tienen que seguirse pagando puntualmente o es cortado su servicio definitivamente, reparaciones tardías y deficientes que pueden apresurarse con dadivas o presión.
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