sábado, 12 de julio de 2008

BREVE CRONOLOGÍA HISTÓRICA DE MILPA ALTA Y SUS POBLADOS ANTIGUOS

Por el Profr. Bardo Rivera Romero
HABLAR DE LOS AZTECAS O DE LOS ANTIGUOS MEXICANOS, EQUIVALE A INVESTIGAR EN EL PERGAMINO VIVIENTE DE LA PALABRA, LA HISTORIA FASCINANTE Y ASOMBROSA DE UNA DE LAS CULTURAS MAS LUMINOSAS JAMÁS ESTRUCTURADAS POR EL HOMBRE INDÍGENA DE AMÉRICA, CREACIÓN Y MANIFESTACIÓN DEL LINAJE ARISTOCRÁTICO DE LA NACIÓN.

En varias fuentes históricas se reconoce a los habitantes de San Pablo Oztotepec, como los primeros habitantes de la región sureste del Valle de México ya que se supone venían en avanzada de las familias chichimecas que poblaron esta zona alrededor del año 1240 D.C., fecha en que llegaron de Amecameca estableciéndose en: Tepetlacohtenco, Xaxahuaco, Tlacomulco, Tlacoyocan, Tototepec, Tepeoztopa, Ocohtenco y Texcalpa.

Sin embargo, no puede considerarse que estas nueve familias formaron un solo pueblo, ya que vivían en total desorganización sin reconocer un jefe común que ejerciera el mando por todos y naturalmente carecían de la fuerza que da la cohesión.

Al llegar en el año de 1409 una segunda corriente migratoria que venía del Lago de Tenochtitlan; al mando de Hueyitlahuilanque (gran jalador u hombre imán), guerrero valiente y adiestrado en el arte de la guerra, pues descendía de la nobleza azteca; no le fue difícil derrotar a las tribus chichimecas y someterlas a su dominio. Una vez imperando como único jefe, Hueyitlahuilanque procedió a la organización de su imperio y a la integridad del territorio conquistado bajo su dirección por sus valientes vasallos que, como él, eran diestros en los combates.

Colocó a sus siete tribus en cuatro de los barrios de la actual Milpa Alta y a las otras tres en diferentes lugares, distantes unos de otros:

La tribu huehue, fundó el actual barrio de San Mateo; la yeyecatzin el actual barrio de Santa Marta; la yeyecatlama el actual barrio de Santa Cruz; la tepeztlalli el actual barrio de los Ángeles.

La tribu atlahupilli fundó el pueblo de Tecómitl; la hueyitlaca el pueblo de Ixtayopan y la atlimanque, el pueblo de Tulyehualco.

A las familias chichimecas las situó en los actuales pueblos de: San Pablo Oztotepec, integrado por la familia tonalacal: San Pedro Atocpan, que fue integrado por la familia tepehopitzin; San Lorenzo Tlacoyucan, por la familia coyotlaca; Santa Ana Tlacotenco, por la familia yolot-zin; San Juan Tepenahuac, por la familia cacamatzin; San Francisco Tecozpa, por la tepalcatzin; San Jerónimo Miacatlán por la cacaltzin: San Agustin Othenco, por la cematl y finalmente, enclavada en uno de los actuales barrios de Milpa Alta (de la Concepción) se situó a la familia cuauhtzilinque.
Las familias ya instaladas en los sitios designados, tuvieron cerno tarea más importante vigilar los dominios del imperio a que pertenecían, radicando su vigilancia principalmente en el espacio comprendido de su pueblo y otros parajes cercanos, así: la tribu yeyecatzin del barrio de Santa Marta, cuidaría: Mexcalco, Xocotepetl y Axtlacapalan; la tribu atlahupilli de Tecómitl: Temazcalixpan y Maxulco; la hueyitlaca de San Juan Ixtayopan: Tltlachaloyan y Teziutepec: la atlimanque de Tulyehualco: Yeteco, Acopilco y Temanalco; la tonalacal de San Pablo Oztotepec: Chichinautzin, Tetzacualtepiton, Ocohtenco y Teochca; la tepehopitzin de San Pedro Atocpan: Cempoaxochitepetl; la coyotlaca de San Lorenzo Tlacoyucan y la cuauhtzilinque del barrio de la Concepción: Ololinque, Otlayucan, Yecahuazac: la yolotzin de Santa Ana Tlacotenco: Cuauhuecac y Nepanapan; la familia cacamatzin de San Juan Tepenahuac: Tecpemamecatl y Nochmamacoyan; la familia tepalcatzin de San Francisco Tecozpa: Nochcaltonco y la familia calcatzin de San Jerónimo: Miacatlán y Coyotliapan.

Las familias: huehue, yeyecatlama, tepeztlalli y cematl de los barrios de San Mateo, Santa Cruz, de los Angeles y San Agustín Othenco, respectivamente, quedaron a manera de reserva para ayudar a las otras familias en caso de una invasión de los pueblos xochimilcas, tlahuicas, chalcas, etc.

La distribución de los pueblos se hizo en línea recta para evitar confusiones en los límites y evitar también posibles conflictos entre los citados pueblos del Imperio de Malacachtepec Momoxco.

También se les asignó la obligación de cuidar los bosques que llegaban en esa época hasta las orillas del Lago de Chalco, ya que frecuentemente eran robadas las maderas por los pueblos ateneas que las utilizaban para construir sus chozas y hacer fuego en sus hogares.

Después de la caída de la Gran Tenochtitlan, Hueyatlahuilli (hombre luz u hombre que irradia sabiduría) quien sucedió en el mando a Hueyitlahuilanque por haber muerto éste, convocó a los representantes de los diversos pueblos para discutir la actitud que asumirían con respecto a los españoles que ya habían dominado a los imperios circunvecinos. Al llamado de Hueyitlahuilli acudieron: Acaltecatl por el barrio de Santa Marta; Tlipitl, por San Antonio Tecómitl: Tehpatl, por San Juan Ixtayopan; Tlahuatlachque, por Tulyehualco; Texocaltecatl, por San Pablo Oztotepec: Teyahicoltzin, por San Pedro Atocpan; Cuauh-cochimantzin. por San Lorenzo Tlaccyucan; Texolimayacatzin por San Ana Tlacotenco; Ayacatzin, por San Juan Tepenahuac: Cuauhuixcatecatl por San Jerónimo Miacatlán: Cuauhyeyecatzin, por San Francisco Tecozpa y Ato-naltzinyahtepozaoztla por San Agustín Ohtenco.

Después de discutir la situación que privaba en todo el Valle de Anáhuac por la derrota de los aztecas en Tenochtitlan y el inminente peligro de invasión al imperio, consideraron mejor enviar tres emisarios a Mexhico para que los españoles respetaran y reconocieran como propiedad del imperio al territorio que ocupaban, ya que la defensa del mismo era sumamente difícil ante las armas que usaban los (hijos del sol) y además consideraban la derrota del poderío azteca como una muestra de lo inevitable —posiblemente recordaban la leyenda de Quetzalcóatl—. Poco antes de partir la comisión, murió Hueyitlahuilli y se suspendió la partida, pues antes era forzoso rendir los honores y guardar el luto que su monarca merecía.

En diciembre de 1528, ya sin jefe; después de haberlo inhumado en "los vericuetos de su residencia real llamada Tlatlapacoyan", como lo narraron algunos ancianos en 1600, al juez Juan Sánchez, primer escribano de Malacachtepec Momoxco, nombrado por el virrey, los representantes de los pueblos enviaron a sus emisarios (cuinochtliz) con ricos presentes y con sus peticiones.

A los 40 días regresaron ya con el reconocimiento del imperio por parte de la Corona Española, pero fue hasta el 29 de julio de 1529 cuando llegó el primer enviado del virrey portando el documente en el que se les reconocía el derecho a sus tierras, montes, aguas y usufructos de los mismos.

El emisario español llegó por Moyotepec hasta lo que actualmente se conoce por Santamartazolco, por lo que fue la tribu yeyecatzin la primera en recibirlo por conducto de Acaltecatl, que era el representante del barrio.

Con motivo de este acontecimiento se organizaron grandes festividades que fueron aprovechadas para el fraile franciscano que acompañaba al español para bautizar a los jefes de las tribus. Como a los aborígenes les causaron gran admiración los relucientes vestidos que portaban los iberos, los llamaron cuauhpetzintliz, que significa indumentaria de filamentos de árbol brillante.

Los títulos antiguos hablan de Santa Marta como patrona de todos los poblados del antiguo imperio y esto se debe a que el 29 de julio es dedicado por el santoral romano a esa virgen y fue también cuando se colocó la primera piedra del templo provisional, siendo además en día en que Malacachtepec Momoxco perdió su nombre para cambiarlo por el actual de Milpa Alta.

De 1529 a 1532 se tomó el 29 de julio como la fecha de la fundación de Milpa Alta, pero en el último año citado se nombró una nueva comisión para entrevistar a Fray Sebastián Ramírez de Fuenleal, presidente de la Audiencia de la Nueva España y fue el 15 de agosto de 1532 cuando el virtuoso fraile se presentó y designó el 15 como la fecha definitiva de la fundación de Milpa Alta y por tal motivo si- inició la construcción del majestuoso templo dedicado a la Virgen María, que fue terminado en 1662.

A partir de la fecha mencionada, se vienen celebrando todos los años grandes festejos y todos los pueblos se unifican para dar mayor realce a la conmemoración y estrechar los brazos de sangre y amistad que los unen; solamente empañados por conflictos territoriales que se suscitaron cuando el matlazahuatl (viruela) después de asolar la Ciudad de Tenochtitlan, también hizo estragos en los poblados de San Francisco Tecozpa, San Jerónimo, San Agustín Ohtenco, San Juan Tepenahuac y en el barrio de los Ángeles, diezmando terriblemente a sus habitantes. Los que quedaron con vida huyeron a los montes cercanos dejando abandonados sus pueblos que fueron invadidos tiempo después por tribus de origen xochimilca, como sucedió en el año de 1535 cuando la tribu xapiltzome que habitaba en el actual San Mateo Xalpan, se asentó en Ocothenco fundando el pueblo de San Salvador Cuauhtenco, apoderándose de tierras y montes que nunca fueron ni han sido de su propiedad, como puede comprobarse en los títulos de propiedad más antiguos.

En el año de 1536 arribó otra tribu de familia xochimilca al lugar llamado Xicomulco, buscando refugio de los españoles, ya que como la de San Salvador, también venía huyendo, pero a diferencia de ella, desde el principio se mostró como hija adoptiva grata a todos los pueblos de la comunidad y se le aceptó con todos los derechos y obligaciones de los verdaderos condueños y no como a extraños, como se han considerado hasta la fecha los habitantes de San Salvador; pero esto no amerita rencor ni desprecio por parte de los milpaltenses, ya que deben sentirse como hermanos de sangre que buscaron hospitalidad y refugio, por lo que es bueno tomar en consideración el espíritu de camaradería que debe privar entre todos los pueblos, para que juntos todos sigamos buscando el engrandecimiento de nuestra patria chica y lograr que nuestro México ilumine ampliamente el horizonte de la americanidad y proyecte su espíritu de grandeza en la ruta universal.


ESTE BOSQUEJO HISTÓRICO SOLAMENTE REPRESENTA, UN INTENTO DE LO MUCHO QUE FALTA POR CONOCERSE. PORQUE LA HISTORIA DE NUESTRA REGIÓN, ASÍ COMO DE NUESTRA PATRIA, ESTA POR HACERSE, DE LO MUCHO QUE SE DESCONOCE Y QUE ENCIERRA UN ENIGMA TODAVÍA PARA NOSOTROS Y UNA OBRA MARAVILLOSA A REALIZAR, POR LAS NUEVAS GENERACIONES QUE SUSTENTAN EL CREDO DE LA MEXICANIDAD.

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